Imagínate que tienes un Ferrari, o puede que ya 10 tengas. ¿Pondrías agua, o basura, o incluso gasolina normal, en el depósito de combustible? Por supuesto que no; en realidad sólo utilizarías gasolina de buena calidad y de alto octanaje para obtener el máximo rendimiento y prolongar la vida de tu bonita máquina. Bien, tu cuerpo es como un Ferrari. Es sin duda el vehículo más evolucionado, intrincado y potente del planeta, una máquina auto curativa y autorreguladora brillantemente diseñada que utiliza todo 10 que le des para recrearse cada minuto del día. Introducir alimentos de mala calidad o basura en nuestro cuerpo es exactamente igual que echar gasolina mala a un Ferrari.

Tu cuerpo es tan resistente que incluso con la peor comida seguirá produciendo células y continuará funcionando, pero los efectos a largo plazo de los alimentos vacíos y sin valor nutricional son devastadores. Finalmente, el cuerpo no podrá adaptarse ni compensar, y el resultado será alguna enfermedad o un envejecimiento más rápido. Es extraño que cuidemos más una máquina hecha por el hombre que otra de creación divina, pero lo hacemos. Por tanto, comienza a pensar en tu cuerpo como en un Ferrari, dale sólo el mejor combustible y permite que te dé lo mejor a cambio.